Publicado hace más de un mes
Dame la orden. Ordéname cómo arrodillarme, cómo abrir las piernas, cómo tragártela hasta el fondo. Me derrite obedecer, pero me enloquece que me folles como a una cualquiera. Sin miramientos. Sin pausas. Solo con rabia y placer. Soy tu sumisa perfecta, sin filtros y sin miedo.