Publicado hace 3 días
Tiene ese equilibrio perfecto entre ternura y perversión. Te besa con delicadeza, pero cuando se sube sobre ti... se descontrola. Le gusta el sexo oral largo, los masajes calientes y terminar jadeando contra tu pecho. No hay prisa, no hay límites. Solo tú, ella y un juego de placer que no se detiene hasta que terminas rendido. Y luego... vuelve a empezar.